En los últimos años se ha puesto de moda una preparación de café que no tiene nada de nuevo, pero que sí ha tenido un auge con la llegada del café de tercera ola. Es el café cold brew.
Esta es una forma de preparar café muy distinta a la de las máquinas espresso, e incluso a la de las cafeteras italianas o de goteo. Y es que el café cold brew se infusiona a temperatura ambiente e incluso con agua fría, de ahí su nombre.
Como te puedes imaginar, esto provoca que sea un café muy diferente del típico café espresso o café de máquina, y por ello es un café muy apreciado, precisamente, por aquellos a quienes el café espresso les resulta demasiado ácido o astringente.
¿Pero cómo se prepara el café cold brew? Vamos a verlo.

¿Qué necesito para preparar cold brew?
Una de las ventajas del cold brew es que se necesita poco para prepararlo. Así, lo primero que necesitas es un molinillo para moler el café, ya sea uno eléctrico o manual, aunque si no tienes molinillo puedes comprar café molido, aunque debes asegurarte que la molienda sea gruesa (después te cuento por qué).
A la hora de preparar el café, necesitarás también una jarra donde infusionar el café. Puedes comprar una jarra para cold brew de las muchas que se venden en Amazon, o bien puedes usar una prensa francesa, e incluso una simple jarra que luego puedas colar con un colador muy fino.
Cómo preparar café cold brew
Como te decía antes, es clave que el café haya sido molido con una molienda gruesa. Esto es así porque el cold brew necesita un tiempo de infusión muy alto, de mínimo 12 horas, y al estar tanto tiempo infusionando, si la molienda fuese muy fina, el agua cogería muchos aceites y aromas del café, resultando en un café imbebible por demasiado fuerte y amargo.
En cambio, con una molienda gruesa y un tiempo de infusión de entre 12 a 24 horas, como la que requiere el cold brew, el agua cogerá sabor y aroma pero sin muchos de estos aceites que son los que provocan la acidez o amargor del café tradicional.
Aclarado esto, vamos a ver cómo preparar un café cold brew, paso a paso.
- Ponemos 100 gramos de café molido grueso en el filtro de nuestra jarra o directamente en la jarra.
- Si usamos filtro, podemos preinfusionar el café, añadiendo agua directamente en el filtro. Removemos con una cuchara el café dentro del filtro para repartir bien el agua y que humedezca todos los posos.
- A continuación, llenamos la jarra con agua. La proporción debe ser de 1 litro X 100 gramos de café.
- Guardamos la jarra en la nevera o a temperatura ambiente durante un periodo de entre 12 a 24 horas.
- Pasado este tiempo, podemos remover una vez más el café dentro del filtro para que suelte un poco más de sustancias, y luego retiramos el filtro. Ya podemos servir el café.
- En caso de haber infusionado el café sin filtro, habrá que colarlo, para lo cual te aconsejo que uses el colador más fino que puedas usar para evitar que se cuelen posos de café en la bebida.
Si te quedan dudas, te aconsejo que veas este vídeo del famoso barista Kim Ossenblok, donde explica muy bien cómo preparar café cold brew:
Puede que te estés preguntando si ese café infusionado en frío se puede calentar. Efectivamente, puedes calentar en el microondas o a fuego lento el café cold brew, cosa que no afectará en nada a su sabor.
Ventajas y beneficios del café cold brew
El cold brew tiene defensores y detractores, pero de lo que no cabe duda es de sus beneficios:
- Su sabor es más suave y dulce, mucho menos ácido y amargo que los cafés infusionados con agua caliente o a presión, y por tanto son más digeribles para estómagos delicados. A quien no le gusta el sabor ácido del café, generalmente sí suele gustarle el cold brew.
- Al ser preparado en frío, es ideal para preparar recetas de café frío en verano. En este sentido es un café mucho más apto que el café espresso, y al ser también más dulce, casa muy bien cuando le echas leche fría.
- Es una de las formas de preparar café más económicas, puesto que las herramientas que necesitas para prepararlo son muy baratas.
- Puedes guardarlo en la nevera y conservarlo durante días, así que puedes preparar café una vez y tenerlo ya hecho para toda la semana. Esta gran conservación ha hecho que sean muchas las marcas que lo comercializan ya envasado en frascos como el de la imagen de portada de este artículo.
Evidentemente, también tiene sus desventajas, como su mayor tiempo de preparación y, para muchos, su sabor menos intenso, pero yo diría que la principal desventaja es su mayor concentración de cafeína que en el café espresso, característica que comparte con el café de filtro, pero tal como apuntan en este artículo de la OCU, su sabor aún más ligero hace que tengamos la tentación de beber más cantidad, con lo que el consumo de cafeína también se dispara.
Esto no es un problema si tienes controlado tu consumo de cafeína, pero si esta te afecta mucho al sueño, o tomas otras bebidas o alimentos a lo largo del día que también contienen cafeína, es algo a vigilar.
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Recuerda que el consenso es que una dosis diaria segura de cafeína está en los 400 mg, mientras que una sola taza grande de cold brew puede contener por sí sola unos 200 mg de cafeína (el doble que el espresso).
¿De dónde viene el cold brew?
Como en muchas otras cosas, el origen exacto no podemos saberlo, pero sí sabemos que este método de infusionar café en frío se utilizaba en Japón ya en el siglo XVII. Se cree que fueron los mercaderes holandeses quienes dieron a conocer este método en Europa, pues así es como tomaban el café en sus barcos, con lo que podían transportar fácilmente esta bebida y al mismo tiempo evitaban tener que usar fuego dentro de los barcos para prepararla.

El origen japonés del cold brew tiene también su fundamento en el hecho que el Kyoto Cold Brew parece que es uno de los métodos más antiguos de los que se tiene constancia. Actualmente, en muchas cafeterías de especialidad japonesas tienen expuestas estas torres donde se puede ver in situ el proceso de infusión en frío del café.
El cold brew tuvo su auge en Europa a partir del siglo XIX, con las sucesivas guerras entre naciones europeas. Se dice que fue un método de preparación muy utilizado precisamente por su alta concentración de cafeína, lo que les ayudaba a mantenerse despiertos y vigilantes durante más tiempo.
Con el auge de las cafeteras express a lo largo del siglo XX el cold brew quedó en el olvido, hasta que en los últimos años se ha vuelto a poner de moda, gracias en parte al movimiento de café de tercera ola que mencionaba al inicio del artículo, movimiento que entre otras muchas cosas, trata de dar a conocer el café de especialidad y otras muchas formas de preparar y servir el café aparte del espresso.