La cultura del café ha aumentado mucho en los últimos tiempos. Hace años, la gente se pedía un café y punto, sin preocuparse de nada más, pero la exigencia ha subido, han proliferado las cafeterías de especialidad y el consumidor es cada vez más consciente y sabe diferenciar entre un buen y un mal café.
También entre el café Arábica y el Robusta, las dos variedades de café que se consumen en el mundo entero. Si eres uno de los que aún no sabe las diferencias que hay entre estas dos variedades, te las explico en este artículo.
Café Arábica
El café arábigo es el que goza de mayor fama y tiene el reconocimiento de ser de mayor calidad que el Robusta. Esta mayor calidad se la da, en gran parte, su origen y cultivo, pues es mucho más delicado que el robusta en este sentido: su cafeto arábigo se cultiva en regiones tropicales, en grandes altitudes que pueden llegar a 2.500 metros, y requiere de temperaturas más frías, de entre 15ºC a 24ºC.
El café arábica es originario del entorno del mar y la península arábiga (Yemen, Etiopía), y de ahí su nombre, pero su producción se extendió rápidamente por todas las regiones tropicales que cumplen con las condiciones requeridas para su cultivo. Las plantaciones más importantes de café arábigo están en Sudamérica e Indonesia, lugares con importantes cordilleras en las que se dan las condiciones ambientales para cultivarlo, pero también, y en menor medida, en Estados Unidos y Centroamérica.
El grano de arábica tiene una forma ovalada, suele ser un poquito más grande que el robusta y es fácilmente identificable por la forma de su hendidura, que en la mayoría de los granos traza una forma de S. Suele tener también un color más claro (antes de que sea tostado, evidentemente).
La fama del café arábica también le viene por su sabor, que es mucho más suave, dulce y delicado que el robusta. Esto es porque el café arábica tiene el doble de azúcares y el triple de lípidos que el robusta. Sus aromas suelen destapar esencias afrutadas y achocolatadas (arándanos, frambuesas, nueces, almendras y un sinfín de otras frutas según la procedencia), de ahí que sea un café ideal para empezar a tomarse el espresso sin azúcar ni edulcorantes.
Al mismo tiempo, el arábica tiene casi la mitad de cafeína que el robusta; solo un 1.5% de su contenido es cafeína, por el casi 3% de contenido en cafeína del robusta. Esta diferencia también lo hacen mucho más adecuado para quienes tenéis insomnio al tomar café, y es la variedad perfecta para tomarse un café a media tarde.
Café Robusta
En cuanto al café robusta, este nace en un arbusto llamado cafeto de robusta, y se cultiva en zonas con mucha menos altitud y pudiendo soportar hasta 30ºC. Es un arbusto menos delicado, que soporta mejor las temperaturas, las plagas y enfermedades, y por eso se puede cultivar en más países, lo que también abarata sus costes y lo hace un poco más barato.
Su origen tiene lugar en el antiguo Congo belga y en Uganda, y se expande más tarde por toda la mitad sur de África y el sudeste asiático, siendo estos los lugares donde más se cultiva, aunque también se exporta mucho robusta desde países de Centroamérica como Costa Rica y Guatemala.
El grano tiene una forma más redonda, más plano en su corte transversal, con una hendidura más recta y tiene un color más oscuro. El robusta concentra mucha más cafeína -casi el doble- que el arábica, y su sabor es más amargo, más fuerte. Suele tener aromas más terrosos, característica que comparte con los vinos y que a veces dejan un regusto de tierra mojada, madera o frutos secos, y eso es lo que les otorga ese gusto más amargo y seco en la boca.
Un hecho curioso es que el robusta tiene mayor cantidad de antioxidantes, uno de los múltiples beneficios que aporta el café. En concreto, el robusta aporta hasta 350 mg de ácido clorogénico por cada 200 ml, mientras que en la misma dosis de arábica solo hay hasta 200 mg.

Usos y recomendaciones de ambas variedades
Dado su sabor más suave y dulce y sus aromas frutales, el arábica es perfecto para tomar el café solo. Es la variedad perfecta para el espresso, es decir, el café para el que están pensadas las cafeteras express y las cafeteras superautomáticas.
Por otro lado, el café robusta se beneficia mucho de preparaciones con cafeteras de goteo, prensa francesa o cafetera tipo moka, y es que al ser cafeteras que hacen un café más suave y ligero -lo que muchos llamarían “aguado”- se logra reducir el amargor e intensidad intrínsecos de esta variedad. Pero en realidad, el robusta es también adecuado para preparar cappuccinos y lattes por el contraste dulce de la leche con el amargor del café, y también hay quien disfruta mucho de un espresso hecho con robusta, así que hay gustos para todos.
En el café que puedes comprar en supermercados es habitual la mezcla de granos de arábica y robusta, e incluso hay muchos tostadores y cafeterías de especialidad que los mezclan para lograr matices de sabor y aroma específicos.
¿Es realmente el café arábica de mejor calidad?
En su conjunto, se puede decir que el café arábica es de más calidad y es la variedad más demandada por baristas y apasionados del café, pero como en todo en esta vida hay quien prefiere el robusta, por lo que al final es una cuestión de gustos.
Por ejemplo, hay quien prefiere despertar con el chute de cafeína y sabor que da el café robusta, o también hay quienes opinan -baristas expertos incluso- que para un latte machiatto o un flat white es mejor utilizar robusta porque piensan que el arábica, con la leche, da como resultado una bebida demasiado dulce, sin sustancia.
Así pues, ya ves que las dos variedades tienen sus pros y sus contras, pero generalmente es el café arábica el que goza de más fama y el más buscado por quienes amamos el café.