Puede parecer una tontería, pero no lo es: dosificar correctamente la cantidad es clave para obtener un buen café, sobre todo cuando hablamos del espresso.
Comprar una taza de café con la capacidad de la bebida de café que sueles tomar es la forma más cómoda y rápida de dosificar correctamente la cantidad de café adecuada. ¿Qué cantidades son esas y qué tamaños de tazas podemos comprar? Te hablo de ello en este artículo.
Las medidas más comunes de tazas de café
Capacidad | |
Espresso, ristretto, cortado | 60 ml |
Café largo, café americano, con leche | 120 ml |
Cappuccino, latte machiatto | 120-200 ml |
Taza de café pequeña; para espresso, ristretto y cortado

Para los amantes del ristretto y del espresso, la taza de café pequeña es ideal. Entre los requisitos del espresso está la medida de 25 ml de café, mientras que el ristretto es de 15 ml (es algo así como un espresso aún más corto).
Es raro encontrar una taza de café que sea solo de 25 ml; generalmente la capacidad de estas tazas para espresso y ristretto suele ser de unos 60 ml. Y es que esta capacidad también nos permite preparar un cortado, que es básicamente mitad espresso y mitad leche, así que, en este caso, sería suficiente con verter nuestros 25 ml de espresso y verter otros 25 o 30 ml de leche para llenar la taza.
La taza de 60 ml también sirve para otra variedad, la de Doppio, mucho menos popular pero que es habitual encontrarla en las cafeteras superautomáticas de De’Longhi, y que consta de dos tiros de espresso, sumando entre 50 y 60 ml de café.
Con una de estas tazas, y si tienes una cafetera express con dosificación manual, deberías dejar correr el agua hasta alcanzar más o menos la mitad de la taza para un espresso, y un cuarto de su capacidad si optas por el ristretto.
Taza de café mediana; para café largo, americano o con leche
Sin embargo, la medida más habitual de encontrar en la mayoría de tazas de café que puedes comprar en supermercados y grandes superficies es la que va de los 60 ml a los 120 ml.
Esta capacidad es la más común porque es la que emplea la mayoría de gente en casa: es perfecta para el café largo que se suele preparar la gente en casa con una cafetera italiana o de goteo (seamos sinceros, quienes preparamos un espresso de justo 25 ml somos minoría) y para el americano, una variedad que va ganando adeptos (sobre todo tras la llegada de las Vertuo de Nespresso).

Estas tazas son también ideales para nuestro famoso café con leche, cuya medida idónea es de entre 100 ml a 120 ml, con mitad café y mitad leche. Ojo, que esto no aplica al capuccino o al latte machiatto, de lo que hablamos a continuación.
Taza de café grande, para cappuccino y latte machiatto
Hablamos de una taza de café grande cuando esta supera los 120 ml y llega o supera los 200 ml.

Si la capacidad está alrededor de los 150 ml, entonces es perfecta para preparar un cappuccino, cuya medida ideal está en torno a esa capacidad, con una proporción de 1/3 de café, 1/3 de leche y 1/3 de espuma de leche. Esta medida también es la que requiere el flat white, una variedad en aumento en nuestro país.
En el caso de un latte machiatto la capacidad debería ser aún mayor; de entre 200 ml y 300 ml. Para un latte machiatto, las tazas grandes tipo desayuno son perfectas, aunque dejo bajo tu propio criterio si prefieres una taza tipo Mr.Wonderful o no 😛
Las tazas, o más bien los vasos de vidrio largos, son también muy adecuados para preparar recetas de café frappé, sobre todo porque visualmente la mezcla queda muy vistosa. A continuación te hablo justamente de la porcelana vs el vidrio en lo referente al café.
¿De porcelana o de vidrio?
En el mundo barista se ha discutido mucho acerca del material idóneo para las tazas, aunque en realidad el debate no da para mucho. En esencia, se puede resumir que la porcelana mantiene algo más de tiempo la temperatura que el cristal, así que si prefieres tomar el café un poco más frío, es preferible una taza de porcelana. Este es el motivo por el que los frappés es mejor tomarlos en una taza de vidrio.
La porcelana también tiene un tacto más frío que el vidrio, así que puedes cogerla sin temor a quemarte, aún y cuando el café está recién hecho.
Por otro lado, una taza de café de vidrio permite ver el café “por dentro”, algo que a mí me encanta, sobe todo a la hora de ver cómo se va formando la crema conforme se va vertiendo el café en la taza. Por eso, yo suelo escoger tazas de vidrio para hacer el espresso y tazas de porcelana para el cappuccino.
La forma de la taza también tiene su importancia a la hora de mantener la crema de un espresso. En concreto, la forma cóncava mantiene la crema del café durante más tiempo.