¿Caduca realmente el café? Mucha gente cree que si, puesto que en los paquetes de café en grano o café molido viene una fecha que muchos confunden con una fecha de caducidad, pero en realidad esta no es la fecha de caducidad del café, sino de consumo preferente.
El café no caduca, es decir, si te lo tomas pasada esa fecha que viene en el paquete no te pasará absolutamente nada, pero sí puede perder muchas de sus propiedades, sabor y aroma, y cuanto más dejes pasar el tiempo sin consumirlo, más afectará a su sabor. En este artículo te cuento por qué.
Consumirlo, cuanto antes mejor
Si bien el café no caduca, conviene consumirlo, cuanto antes mejor. No porque sea malo para la salud, sino porque el café va perdiendo parte de sus propiedades con el tiempo, sobre todo desde que se muele, de ahí que el café molido tenga una “vida” más corta que en grano.
Tal y como explico en el artículo sobre los beneficios del café, el café es rico en antioxidantes (como el ácido clorogénico) pero al molerlo se somete al café a un proceso de oxidación (como cuando pelas una manzana, que se va volviendo marrón) que reduce, poco a poco, la cantidad de antioxidantes, a la vez que se va perdiendo sabor, volviéndose algo rancio.
El tueste también tiene mucho que ver con esta pérdida de antioxidantes y aroma. Se sabe que un tueste fuerte aumenta las melanoidinas, que inhiben los efectos antiinflamatorios y antioxidantes del café. Esto se debe a que un tueste fuerte acelera el proceso de oxidación, así que los cafés de tueste oscuro deberían consumirse incluso más rápido que los de tueste medio o suave.
Evidentemente esto no ocurre de forma tan rápida, y la fecha de consumo preferente te indica, precisamente, la fecha máxima en la que el productor garantiza la frescura de ese café. Por tanto, queda claro que la caducidad del café es un mito, pero sí es recomendable consumirlo antes de esa fecha de consumo preferente.
Conservación óptima del café
La correcta conservación del café es clave para preservar todas las propiedades y aromas del café. Aunque tengan una fecha de consumo preferente, si dejamos abierto el paquete aceleraremos el proceso de oxidación (pues es el oxigeno el que lo provoca).
No solo eso, sino que la humedad sí puede provocar que el café molido caduque, en el sentido de que pueda dañarnos su consumo: la humedad provoca la aparición de moho en el café molido, algo que puedes comprobar abriendo el cajón de posos que llevan todas las cafeteras superautomáticas.
Si lo abres después de varias semanas sin hacerlo verás que los posos tienen moho, siendo este uno de los motivos por los que es importante llevar a cabo un buen mantenimiento en este tipo de cafeteras. Esto también nos indica que es importante conservar correctamente el café, siguiendo estas directrices:
- En un paquete o recipiente hermético para que no entre oxigeno ni humedad, y tampoco olores.
- También es aconsejable que el recipiente sea opaco para no dejar que pase la luz, pues la radiación ultravioleta también acelera la oxidación.
- Guardarlo en un lugar fresco y seco. No es recomendable guardarlo en la nevera.
La fecha de envasado, un punto clave
Uno de los elementos que más me he acostumbrado a mirar desde que me aficioné al café es el de la fecha de envasado. Cuanto más próxima sea la fecha de envasado respecto a la fecha en la que lo compramos, mejor.

Puesto que el tueste y la molienda inician la “cuenta regresiva” en la calidad y preservación del café, es razonable que queramos consultar la fecha de envasado para tener una idea cuánto tiempo lleva ese café almacenado en el paquete.
Yo he llegado a ver paquetes de café molido con fechas de envasado de hasta 10 meses antes; puedes imaginar la historia de ese paquete, yendo y viniendo de uno a otro almacén, siendo transportado en cámaras frigoríficas unas veces, o simples furgonas sin refrigeración en otras, experimentando frecuentes cambios de temperatura… En definitiva, unas condiciones que no son las óptimas para conservar el café.
En definitiva, podemos asegurar que el café no caduca, pero sí conviene:
- Fijarse en la fecha de envasado para que sea lo más próxima posible al momento de comprarlo.
- Conservarlo en condiciones óptimas, en un lugar fresco y seco y en un recipiente hermético y opaco.
- Consumirlo lo antes posible y antes de la fecha de consumo preferente para tener garantizado su sabor y frescura.